PASO 1
¡Dios te ama y tiene un plan para tu vida!
La Biblia dice, “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, [Jesucristo] para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Jesús dijo, “Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia,” lo que significa una vida completa y llena de propósito (Juan 10:10).
Pero aquí está el problema:
PASO 2
Somos pecadores y estamos separados de Dios.
Todos hemos hecho, pensado o dicho cosas malas, lo cual la Biblia llama ‘pecado’. La Biblia dice, “Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).
Las consecuencias, o la paga del pecado, es muerte—separación espiritual de Dios (Romanos 6:23).
¿Las buenas nuevas?
PASO 3
¡Dios envió a su Hijo a morir por tus pecados!
Jesús murió en nuestro lugar para que nosotros podamos vivir con Él eternamente.
“Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
Pero no terminó con su muerte en la Cruz. ¡Resucitó y vive todavía!
“Cristo murió por nuestros pecados … fue sepultado … resucitó al tercer día según las Escrituras … se apareció a Pedro, y luego a los doce [discípulos]. Después se apareció a más de quinientos” (1 Corintios 15:3-6).
Jesús es el único camino a Dios.
Jesús dijo, “Yo soy el camino, la verdad y la vida—le contestó Jesús—nadie llega al Padre sino por mí” (Juan 14:6).
PASO 4
¿Te gustaría orar para recibir el perdón de Dios?
No hay nada que podamos hacer para ganar la salvación; somos salvos por la gracia de Dios cuando tenemos fe en su Hijo Jesucristo. Sólo tienes que reconocer que eres pecador, que Cristo murió por nuestros pecados, y pedir, con una oración, Su perdón. Orar es simplemente hablar con Dios. Él te conoce y te ama. Lo más importante para Él es la actitud de tu corazón: la honestidad. Sugerimos hacer la siguiente oración para aceptar a Jesucristo como Salvador:
PUEDES ORAR
“Querido Señor Jesús,
Sé que soy un pecador. Te pido perdón y me aparto del pecado.
Creo que moriste por mis pecados y resucitaste para darme una nueva vida.
Te entrego el control de mi vida. Te invito a entrar en mi corazón y en mi vida.
Confío en ti como mi Señor y Salvador por el resto de mi vida.
En tu nombre, Amén.”
¿Hiciste esta oración?